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El estrés es un concepto muy presente en las sociedades modernas. Se ha visto amplificado y diversificado por la actual forma y ritmo de vida. El resultado, en cualquier caso, son reacciones psicosomáticas o trastornos psicológicos que pueden ser desde leves hasta graves pasando por un diverso abanico de grados. En este artículo te queremos hablar del llamado estrés financiero que lo produce el manejo del dinero y aparece más de lo que se suele pensar. Aquí vamos a explicarte algunos hábitos para gestionarlo y controlarlo.

¿Qué es el estrés financiero?

Este tipo de tensión surge, lógicamente, en las personas que se encuentran ante un problema de índole financiera. Éste les somete a una fatiga mental causada por un esfuerzo psicológico superior al que pueden soportar. No obstante, a pesar de que con carácter genérico la reacción aparece frente a una amenaza a la estabilidad económica del individuo, existen diferentes escenarios en el estrés financiero:

  1. La incapacidad para satisfacer un compromiso económico adquirido. Por ejemplo, el pago del alquiler o de la hipoteca. Como es obvio, cuantas más veces se repitan los impagos, mayor será el impacto sobre las finanzas de la persona implicada. Además, de encadenarse en el tiempo, la imposibilidad de pagar acabará llevando al punto posterior, al endeudamiento.
  2. Las deudas, que es el caso más claro y también el que entraña mayores peligros. Dentro de éste también debe distinguirse cuando las deudas crecen por verdadera necesidad o por una gestión irresponsable o incorrecta del dinero.

Efectos que produce

En función de la gravedad, los síntomas pueden ir desde los dolores musculares o de cabeza, el insomnio, los problemas gástricos, el malestar o la tristeza hasta consecuencias más graves, tales como la depresión, la ira, el miedo o la frustración. Incluso existen estudios que relacionan el estrés con enfermedades del aparato digestivo, el cáncer o los problemas cardíacos.

Los hábitos para eliminar el estrés financiero

Así que, como ves, el estrés financiero es un asunto serio. Por ello, te ofrecemos varias recomendaciones para que lo gestiones, lo tengas bajo control en los momentos duros y hasta para que puedas eliminarlo de tu vida. Son los siguientes:

  • Mantén la calma y aplica toda la objetividad que puedas a tu propio caso. El primer paso, como para la mayoría de temas, es llevar a cabo un análisis de situación, saber dónde estás, qué problemas tienes y a qué posición quieres llegar. Esto cobra especial relevancia en las personas que se agobian con más facilidad, ya que es obvio que cada cual aguanta la presión de distinta manera. Se trata de evitar tanto que magnifiques el problema como que lo minimices si no hay argumento para hacerlo, tanto en un sentido como en el otro. Al estar sometido al estrés financiero, resulta muy posible que no seas objetivo, que pierdas la perspectiva o que no seas capaz de valorar cada aspecto en su justa medida. Como consecuencia, puede resultarte muy útil contar con asesoramiento financiero profesionalizado. Los expertos podrán cuantificar el problema con mayor claridad, visto desde fuera, identificarán los puntos clave y te ofrecerán una solución.
  • ¿En qué punto se está produciendo el exceso de gastos frente a los ingresos? Si las cuentas no cuadran, lógicamente, por algún lado se te va el dinero. Las compras compulsivas, se deban al motivo que se deban, son peligrosas. También aquellas que se efectúan de manera impulsiva. Por ello, te aconsejamos que trates de evitar ambas.
  • Crea un plan de gastos distinguiendo los desembolsos básicos de los que son secundarios o directamente superfluos.
  • Intenta ser disciplinado en el cumplimiento del programa que te has marcado. No sólo porque así, efectivamente, tu economía mejorará, sino porque, además, te sentirás mejor contigo mismo y será más difícil que caigas en el estrés financiero.
  • ¿Eres capaz de controlarte? Recuerda que, antes de gastar, lo ideal es que te plantees si se trata de un dispendio necesario o bien secundario, es decir, que realmente no necesitas.
  • Si tu capacidad financiera está saturada, enfócate en las prioridades. En otras palabras, en los pagos que realmente necesitas hacer.
  • A pesar de que es más fácil decirlo que hacerlo, es muy importante que no te pases el día dándole vueltas al asunto. Establece un plan ambicioso pero realista para corregir tu situación económica. Después, agárrate a él, síguelo al pie de la letra y evita actitudes y pensamiento negativos. Si tomas medidas serias, si actúas, antes o después acabarás pudiendo hacer frente a todos tus pagos y, como consecuencia, el estrés financiero se difuminará y hasta llegará a desaparecer.

Esperamos que te funcionen nuestras recomendaciones y evites este tipo de estrés dejando que te ayudemos con tus finanzas. No tienes porque sufrir por tu economía. ¡Llámanos!


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