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Según la frase, habitualmente atribuida a Benjamín Franklin pero utilizada anteriormente por Daniel Defoe, la muerte y los impuestos son las dos únicas cosas completamente ciertas en la vida. Pero la gran realidad es que el mundo actual ya no es como cuando Daniel Defoe en 1726 o Benjamín Franklin en 1789 acuñaron la famosa frase. Hoy, eso de los impuestos puede ser una certeza absoluta para muchos, pero decididamente no para todos. En esto de los impuestos, es cada vez más claro que no todos somos iguales, sino que unos son más iguales que otros.

A nadie le gusta pagar impuesto ni tampoco morir, pero es lo que permite lograr círculos virtuosos en las economías. Si no haces tu declaración anual ni llevas tu contabilidad adecuadamente, te pierdes de la opción de que Hacienda te regrese dinero, un dinero que ya has pagado

Analizando los impuestos actualmente

Los impuestos han evolucionado a nivel mundial, no siempre beneficiado a la población en general. Te dejamos una breve semblanza de como han sido los últimos años.

 Final de la Segunda Guerra Mundial

Continuado descenso de la desigualdad en la distribución de la renta y la riqueza, con sistemas fiscales progresivos, con impuestos sobre la renta de elevados tipos marginales e impuestos sobre las sucesiones, donaciones y patrimonio.

Años ochenta

AL principio de la revolución conservadora de Thatcher y Reagan, que decide reducir la capacidad redistribuidora de los gobiernos mediante el paso hacia sistemas fiscales regresivos: se aplanó la tarifa del impuesto sobre la renta y se redujo el número de tramos, con la vista puesta en un impuesto más proporcional que progresivo. Se reduce el impuesto a los beneficios de las empresas.

Años noventa

El desplazamiento de la carga tributaria desde las rentas del capital hacia las del trabajo. No se gravan del mismo modo todas las rentas que afluyen a una persona con independencia de cuál sea el origen. Se reduce la tributación sobre los rendimientos del capital extranjero, hay tratamientos más livianos para las rentas del capital, aumentan los sistemas de imposición dual que abiertamente gravan con tipos menores a las rentas del capital que a las del trabajo.

Primer cuarto del nuevo siglo.

Se reduce o incluso se elimina la imposición patrimonial, último reducto de la progresividad fiscal. La importancia recaudatoria del impuesto sobre el patrimonio era pequeña pero se trataba de un gravamen de control interno que proporcionaba información para el impuesto sobre la renta (rentas del capital) y para el impuesto sobre sucesiones. El economista francés Thomas Piketty acaba de escribir: “Cerca de una sexta parte de cada generación goza de una herencia superior a lo que la mitad de la población gana con todo el trabajo de su vida”. Imposible la igualdad de oportunidades.

El conjunto de estos pasos ha dado como resultado una extraordinaria acumulación de renta y riqueza en los niveles altos y muy altos, lo cual ha generado una gran influencia de las élites económicas sobre la política, restando efectividad a esta última. Los impuestos pueden ser un buen indicador del estado de la democracia, si se acepta que la calidad de ésta aumenta en la medida en la que los ciudadanos tengan más igualdad de oportunidades.

La realidad en nuestro país es que es muy conveniente pagar los impuestos y si lo haces bien no tiene por que ser un proceso preocupante. La persona que tiene ganancias por el motivo que sea está obligado a pagar impuestos. Haciendo honor a la célebre frase: «La muerte y los impuestos», dos cosas por demás seguras. En Peñalver & Asociados, te ayudamos a que esto se lleve a cabo de la mejor manera e incluso puedas salir beneficiado.


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